viernes, 6 de noviembre de 2015

Zanahorios de la hostelería

Siempre tengo muy en cuenta la opinión de quien me lee, la opinión como bien a proteger, no como que me vaya a afectar. En un artículo anterior predije la subida de la cifra del paro para el mes de agosto. No, no soy un visionario, no soy un zanahorio. ¿Y que es un zanahorio? Pues es un personaje, de entornos rurales de la España profunda, que es capaz de predecir lo que ocurre, que si va a llover, que si fulanita está preñada, que si de este invierno no pasa tal o cual abuelo. Pues no, no soy ningún zanahorio, no tengo el don de la predicción pero lo que sí tengo es capacidad de observación.
Como ya escribí en un artículo estoy en mi búsqueda incansable de trabajo y por eso he visitado muchos hoteles de la costa del sol. Con conocimiento de causa y conocimiento de las plantillas puedo afirmar que en agosto ningún hotel estuvo al 100 % de plantilla, que no es en ningún caso decir que estuviese completo en cuanto a ocupación. El efecto psicológico del despido y el miedo de quedarse en la calle ha hecho que las plantillas sean altamente competitivas y que los índices de absentismo laboral caigan. Donde antes había una baja laboral por una torcedura de tobillo ahora hay una tobillera bien prieta y a seguir pateando sin dar muestras de dolor por la cuenta que nos trae. Tanto es así que los ratios son de vértigo. Jamás en la historia del Hotel  XXX se dieron los ratios que se dan ahora, con Pitufo Capullo a la cabeza, director de alimentación y bebidas, el ratio de clientes por camarero en desayuno es de 110. ¿Y eso que quiere decir? Pues depende de para quien. Para Pitufo Capullo que es un iluso es la mejor de las cifras, para su director el “Pitufo gruñon” pues me imagino que una cifra muy buena y una medallita para su pupilo. Lo que pasa es que desde donde yo lo veo, amén que haya otras opiniones, recuerdo que son como el ombligo, cada uno tiene el suyo, es todo un fracaso. Y me explico. Un fracaso para el inversor porque tiene clientes que estoy seguro que nunca más volverán al hotel por la falta de atención y por la mala atención. Pero además no han conseguido que Pitufina venga a su hora, sigue llegando todos los días tarde y yéndose todos los días antes. No han conseguido que Pitufo Escaqueador  rinda un mínimo suficiente como para cubrir su nómina. Sólo ha conseguido de los chavales eventuales alguna hernia discal más. Tampoco han conseguido evitar que a última hora de la noche Pitufina presumida  se ponga a comer en mitad de la sala con actitud chulesca. No han conseguido que el señorito Gárgamel  deje de insultar al personal a su cargo. Y cuando salga todo a la luz será cuando falten los pilares, la caballería pesada, Papa Pitufo de mi alma, Pitufo currante, Pitufo trabajador, Pitufo Colaborador, Pitufo eventual, Pitufo temporal  y otros que sostienen la mala gestión.  Tal y como dijo el Cid Campeador, que buenos vasallos seríamos si tuviésemos un buen señor. Y esos pésimos gestores consiguen unas cifras estupendas para este año, con record de turistas y record de plantilla ajustada, el mínimo coste, omitiendo todas las señales exteriores de advertencia, omitiendo las teorías del crecimiento sostenido, omitiendo las opiniones negativas vertidas por sus propios clientes, omitiendo los quejidos de su negocio. Y por encima de todo falseando los comentarios de sus clientes desde ordenadores privados del mismo personal. Esta es la antesala de la nueva moda. Los clientes que ya no quieren pagar porque los traten como animales buscarán el lugar de vacaciones donde los traten como personas y eso desgraciadamente no volverá a ser en la costa del sol, que por perder perdió hasta las mayúsculas. Aún recuerdo una señora mayor con su marido. Venían de Irlanda. Eran simpáticos. Llevaban  15 años veraneando en el hotel X. Saben perfectamente quien es el gerente del hotel. Entre otras cosas porque nunca les saluda. Como ella misma dijo, ha tenido 15 años de oportunidades para poder saludarnos. Y no solo eso sino que si nos veía hablar con ellos se sentía molesto. Les pregunté por qué nos elegían para veranear y la contestación fue la ubicación pero que si sintiesen un poco de calor igual consumirían en el restaurante y en el bar, cosa que no hacían. Llegados a cierto momento tampoco les pesaría buscar otro destino. Pues tenemos los clientes que buscamos. Les echamos de comer como a los cochinos y esperamos que se porten como personas, cuan equivocados estamos.
Y ahora si es posible busquen una explicación para el record de estancias turísticas y un aumento de las cifras del paro. Y voy más allá, el día 30 el titular de un periódico decía que había record de ocupación turística en agosto. Madre mía los zanahorios, los zanahorios de la prensa, resulta que cuando estaba de gestor cerraba cuentas en septiembre del tirmestre (julio, agosto, septiembre) y lo entregaba antes del 21 de octubre y sin embargo la prensa sabe las cifras el 30 de agosto. Maravillosos ZANAHORIOS.




Así se lo he contado, lean y argumente pero por encima de todo juzguen por sí mismos.

10/9/2014

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Castillo de Canena

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