martes, 17 de septiembre de 2013

Leyenda

Una vieja leyenda cuenta que hubo un tiempo en que todos los hombres eran dioses, pero que abusaron tanto que Buda, el dios supremo, decidió quitarles el poder divino y esconderlo en un lugar inaccesible donde nadie lo fuese a buscar.
Los dioses menores se presentaron ante Buda transcurrido un tiempo y le dijeron que los hombres se habían vuelto locos, estaban buscando la divinidad para convertirse de nuevo en dioses. Entonces les preguntó qué es lo que habían decidido hacer para evitar que los hombres encuentren de nuevo el poder divino. La conclusión a la que habían llegado los dioses menores era la de esconder el poder. Primero propusieron enterrarlo en un agujero que fuese la fosa más profunda jamás cavada. Entonces Buda desechó la idea porque los hombres buscarían la manera de cavar y cavar  hasta encontrarla. Después propusieron sepultar el poder en el océano más profundo. Entonces Buda dijo que no, porque tarde o temprano el hombre explorará las profundidades de los océanos y un día encontrará el poder divino y se volverían a convertir en dioses.
Cuando los dioses menores se habían dado por vencidos porque no podían aportar más ideas Buda sonrió y dijo, esto es lo que haremos con el poder de divinidad del hombre, lo esconderemos en lo más profundo de sí mismo, ahí no lo buscará nunca.

Y dice la leyenda que desde la noche de los tiempos el hombre ha dado la vuelta al mundo, ha explorado la tierra, ha navegado, ha escalado y cavado, a la búsqueda de ALGO que se encuentra en él mismo.

sábado, 12 de enero de 2013

La Agenda


     Dentro de lo que es el networkmarketing ocurre que todos somos jefes, nadie tiene que darle explicaciones a nadie porque no existe la disciplina de un trabajo clásico, el tiempo no está reglado. Esto quiere decir que nos tenemos que organizar nuestro propio tiempo como nosotros creamos necesario. Para ello hemos de utilizar una agenda, tal y como dice Darren Hardy, cogiendo como referencia unos objetivos previamente marcados. El gran beneficio del MLM es que tiene valores residuales. El valor residual es aquel que se obtiene de haber hecho un trabajo anterior y que sigue generando, con el paso del tiempo, recursos.
      Para utilizar correctamente la agenda marcamos un objetivo anual, o sea, necesitamos cubrir un mínimo de ingresos de, por ejemplo, 24000 euros. Esto lo dividimos por la mitad y anotamos en la agenda, a mitad de año 12000. El objetivo de hacer este cálculo es para tener un momento para revisar nuestro objetivo final. Lo volvemos a dividir entre dos y marcamos en el primero de abril 6000. Lo dividimos entre tres y obtenemos 2000 que anotaremos el 1 de febrero y lo dividimos entre cuatro, o sea 500 y lo ponemos el 7 de enero. Ahora vemos nuestro plan de remuneración  y vemos cuantos clientes y prospectos  tenemos que hacer para llegar a esa cifra.
     Muy importante es planificar el comienzo y el fin del día. Hemos de procurar levantarnos siempre a la misma hora para comenzar el día y establecer una rutina para empezar y por supuesto dejar libre las horas para hacer tareas de forma estructurada y secuencial, teniendo muy en cuenta la hora que vamos a desconectar y hacer el balance del día. En el balance del día hemos de apuntar todos los gastos, por pequeños que sean, además de los ingresos. Esto nos dará una visión general de lo que debemos hacer días posteriores y si hemos de revisar nuestros objetivos, tanto al alza como a la baja.
     El motivo por el cual hemos de utilizar una agenda, la cual preferiblemente ha de ser clásica, es porque la escritura manual, con bolígrafo, deja en la mente una impronta no sustituible por las agendas que se teclean. Esto es un sistema de memorización a la vez de concienciación de lo que realmente cuesta nuestro tiempo.
Darren Hardy cuenta en su libro el efecto compuesto, que durante un año utilizó una agenda para apuntar una característica positiva de su mujer, ya que estaban teniendo problemas conyugales. Esto le sirvió para focalizar su atención en lo que le gustaba de su mujer, apuntando día a día ese gesto que le gustó, esa actitud que le gustó y se dio cuenta que a los tres meses estaba tan focalizado en lo que le gustaba que había recuperado la pasión perdida por los muchos años de convivencia. Pasado un año le regaló la agenda a la mujer, a la cual le gustó mucho más que el descapotable de mercedes que le había regalado el año anterior. Recuperó su vida de pareja de la que actualmente está disfrutando plenamente.
     En cuanto a las realidades que estamos viviendo, todos nos estamos empeñando en ver las faltas, todo lo negativo, si una pared está perfectamente pintada y rematada solo vemos la mosca negra que está sobre ella. Siempre es más fácil buscar el fallo. Igual no somos conscientes de que de media tenemos más salud que en el pasado, de que vivimos mucho más y con mayor calidad de vida, de que en la edad media la esperanza de vida no llegaba a los 40 años y en lugar de eso estamos amargados por las más terribles escusas que nos podamos inventar. Recuerdo aún a aquella joven que me contó el periplo de tener que ir a buscar unas cortinas a Suiza desde España porque ninguna tenía el tono de amarillo apropiado. Si todavía hay alguien que se preocupa del tono de las cortinas, esto no está bien, está muy bien. Además suele ocurrir que si no tenemos problemas reales, los creamos debido a una compensación que necesitamos por  sentirnos poco valorados. Lo que quiero decir con esto es que aún podemos mejorar mucho si nos focalizamos correctamente hacia lo positivo y dejamos de lado las escusas y las diferentes valoraciones negativas a las que estamos expuestos continuamente.

Castillo de Canena

https://youtube.com/shorts/WIOEbGIHiDU?feature=share