Hoy hace un
buen dia, hace sol y es una tarde muy agradable. Salimos al patio mi hermano y
yo. De pronto me fijé que en la tumba del Boby había crecido un cardo
burriquero. De repente se me vinieron a la cabeza un montón de ideas. Nuestro
Boby era un tequel pelo duro con alma libre. Tenía su gatera por la que entraba
y salía libremente. Cuando lo paseaba de vez en cuando, entre estudio y
estudio, con mis idas y venidas de la capital, resulta que había más gente que
conocía a Boby que a mí. Además era fácilmente identificable por el collar.
Salía temprano y se dirigía a una panadería donde el panadero, a quien le había
caído simpático, le tiraba un bollo de pan. Seguía su recorrido y visitaba a
diario a un vaquero y a un hortelano. Estos cada mañana le dedicaban una
caricia con la gratitud de quienes se sienten visitados. Y enlazando esa idea
con las otras se me vino a la cabeza una leyenda. Y dice la leyenda que en el
olimpo de los dioses había un jardinero que plantaba cardos burriqueros por
doquier. Dice la leyenda que provenía de las tierras altas del norte de
Escocia. Dice la leyenda que en sus peleas por su libertad el pueblo escocés
andaba rodeado en la ciudad de Edimburgo por tropas inglesas que los hostigaban
continuamente. Dice la leyenda que el jardinero del olimpo sembró los
alrededores de las murallas de Edimburgo de cardos burriqueros. También dice
que los ingleses con el afán de invadir Escocia y doblegar a sus luchadores por
la libertad y someter a su pueblo iniciaron un ataque sorpresa en la oscuridad.
Entonces al ir avanzando con las armaduras los cardos burriqueros encontraron
con sus púas las pequeñas imperfecciones entre ellas, encontrando carne para
calvarse y producir un daño lo suficientemente fuerte como para hacer que los
ingleses se quejasen y blasfemasen. Evidentemente entre queja y blasfemia en
mitad de la noche fueron descubiertos y los escoceses pudieron defenderse.
Desde hace ya mucho tiempo el cardo burriquero es el símbolo de Escocia,
símbolo de luchadores por la libertad, de gente noble que peleó y consiguió su
propia independencia. Y dice la leyenda que desde la noche de los tiempos el
jardinero del olimpo anda plantando cardos burriqueros para simbolizar la
libertad y el valor del buscador de la libertad, acompañado por un tequel pelo
duro.
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